Hace ya mucho tiempo que la gente no suele colgarlos en la sala de estar o en la cocina pero allá por los años sesenta, cuando nació el calendario Pirelli, era muy habitual que bancos, fabricantes de cartuchos o de neumáticos, como es el caso, regalarán un bonito calendario a sus clientes por Navidad.

En ese contexto nació este famoso almanaque que se convirtió en la estrella de la pared del taller mecánico y de la cabina del camión gracias a una fórmula que lo largo 51 años ha repetido hasta la extenuación: bellas modelos fotografiadas por los más importantes profesionales de la cámara a escala mundial.

Con más de medio siglo a sus espaldas el calendario Pirelli es ya un icono de la publicidad en el mundo como lo puede ser en España el anuncio de la lotería en Navidad. 2016 sin embargo, supone un cambio importante ya que, por primera vez, ha cambiado el estereotipo de la mujer objeto por la mujer triunfadora que ha demostrado su talento. La encargada de retratar a las trece mujeres -dos hacen dúo abuela nieta- que le pondrán cara al próximo año en este afamado calendario ha sido Annie Leibovitz, una reconocidísima fotógrafa y declarada feminista que no podría nunca, por posicionamiento personal, haberle dado continuidad a la línea habitual de esta publicación.

En esta ocasión, el calendario está realizado en estudio y Leibovitz ha prescindido de las grandes localizaciones donde suele ubicarse a las modelos. El resultado de su trabajo es una valiosa colección de retratos en blanco y negro de mujeres de 19 a 82 años, casi todas ellas completamente vestidas, cuya elección es también todo un manifiesto sobre el potencial de las féminas en el mundo del espectáculo, el periodismo, el deporte, la canción, el coleccionismo, el arte, la literatura… ya que las mujeres fotografiados son Yoko Ono, Patti Smith, Serena Williams, Amy Schumer, Kathleen Kennedy, Fran Lebowitz, Mellody Hobson, Ava DuVernay, Tavi Gevinson, Shirin Neshat y la modelo Natalia Vodianova.

No sería acertado hablar del calendario Pirelli sólo como un producto fotográfico porque, en realidad, es todo un icono de la publicidad donde la fotografía sirve de soporte para el desarrollo de una exitosa estrategia. Ahora que ya nadie o casi nadie cuelga los calendarios, la tirada del más famoso de ellos es de tan sólo 12.000 ejemplares, una cifra ridícula para su distribución global, pero lo verdaderamente importante es que Pirelli consigue una vastísima repercusión mundial ya que durante unos días la prensa, la radio, la televisión, los medios sociales y modestos blogs como éste difunden su lanzamiento y desarrollan una campaña de publicidad gratuita cuyo valor monetario sería astronómico.

En el siguiente video se puede ver algunas escenas del making off del calendario y, al final de él, cada una de sus fotografías finales.